Cuando no hay seguridad en la empresa: el desastre

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Cuando no hay seguridad en la empresa: el desastre

Después de la pérdida de los registros personales de unos 25 millones de beneficiarios de prestaciones sociales hace un par de años, el Departamento de Hacienda y Aduanas del Reino Unido se ha animado a confesar que hoy es dolorosamente consciente de la rapidez con la que un problema se convierte en catástrofe a causa de una mala gestión de seguridad institucional.

Si bien la tecnología no tenía la culpa per se en la pérdida de datos, hay un montón de ejemplos registrados en los que la falta de seguridad ha costado muy caro a las organizaciones interesadas, tanto financieramente como en términos de reputación.

La falta de seguridad en la empresa puede llevar a resultados desastrosos no sólo para la organización, sino para los clientes y proveedores. Con más y más compañías confiando en la tecnología para realizar transacciones comerciales, la protección digital se está convirtiendo en una preocupación importante, incluso para las pequeñas empresas.

SEGURIDAD EN LA EMPRESA, ¿A NIVEL DE CALLE?

Abordar las cuestiones de seguridad tanto en la propiedad como a lo largo de las comunicaciones y las transacciones electrónicas ayudará a evitar problemas.

Muchos delincuentes utilizan estacionamientos o zonas mal iluminadas para asaltar a los empleados y robarles sus equipos. Si no se cuenta con una buena plataforma de seguridad para inmediatamente bloquear los dispositivos, puede ser este el inicio de un gran robo de información que le puede costar millones de pesos al corporativo.

Los hackers están llegando cada día con nuevas formas de robar contraseñas, piratear archivos y descargar datos sensibles que pueden vender o utilizar para robar a la compañía y sus clientes. Trabajar con una firma especializada en la administración de tecnologías de la información, y desarrollar con ella medidas de seguridad, puede mantener a los piratas informáticos a raya, y evitar además que los empleados husmeen donde no deben. Así, los ex trabajadores no podrán volver a entrar en la red corporativa después de dar por terminada la relación profesional.

Para una corporación, identificar la información que definitivamente los competidores nunca deben apropiarse —vía un robo o hackeo—, es la prioridad número uno. Hay que recordar que hace un par de años se dio a conocer que diversas compañías estadunidenses, canadienses y europeas sufrían de ataques de robo de información sin que lo supieran, perdiendo secretos industriales que los dejaban fuera de competencia. Las IP de los atacantes provenían de países como China y Rusia, aunque nunca se logró comprobar la correcta fuente del hackeo.

Si no se toman medidas para proteger las patentes, listas de clientes, archivos de personal, informes de ventas y otros datos que le da una ventaja competitiva a los rivales empresariales, se pueden tener grandes pérdidas de innovación y mercado.

Si los clientes, vendedores o proveedores pueden demostrar que la compañía no tuvo el cuidado razonable con sus bienes o datos digitales, o no los protegió correctamente, puede sufrir daños y perjuicios que pueden cerrar la llave a nuevas inversiones o llegada de nuevos usuarios de sus servicios o productos. Incluso, aunque un juicio sea “breve”, lo que resulta de él son malas relaciones públicas que pueden provocar que más clientes decidan no volver a trabajar con la organización.

En resumen: tomar medidas para salvaguardar los datos y la seguridad personal de todas los clientes permitirán que toda empresa mantenga una buena reputación externa.